jueves, 7 de agosto de 2008

Las piedras del camino

Por fin he llegado a Molinaseca, en pleno Bierzo, antesala del temido y esperado paso a Galicia a través de O Cebreiro.
Salir a las 5:30 de la mañana, con la oscuridad (por que nosotros no lo sabemos pero a esas horas no se ve un pimiento), y ningún ruido salvo el viento que aullaba esta mañana con especial fuerza por la Maragatería, senda histórica que en algunos momentos me pone los pelos de punta.


Esta mañana me ha dado por pensar, según subía a la Cruz de Fierro en la cantidad de personas que han seguido esta senda y que han pasado mucho miedo en mañanas como hoy que la niebla, el viento, el frío y la soledad, la INMENSA soledad que se percibe en estas tierras, encogía el alma de aquellos temerosos y píos que venía desde tierras lejanas para expresar su devoción.

A mi, me ha dado por pensar en mis amigos Inma, Triki, Collo, Virginia, Maribel y cuando nos íbamos o escapábamos los fines de semana a perseguir ciervos, osos, lobos, setas, tejos o lo que fuera pero siempre con ganas de acercarnos a esa amada Montaña Palentina donde se han forjado parejas (ellos ya saben quién), amistades, borracheras y muy buenos momentos que hacen que me sienta muy alegre de traerlos a este viaje, en mi recuerdo, pero la niebla, el frío y el viento me han parecido una bocanada de recuerdos y me ha hecho vivir mucho más alegremente esta bajada tremenda de hoy. Aqui os podeis hacer una idea de como ha sido y me duelen todos los huesos de rodilla para abajo, pero al final lo estoy logrando, llego todos los días antes de que el calor apriete y antes de las dos de la tarde estoy todos los días pegándome una duchita en buenos albergues. Hoy dormiré en uno que es ermita del siglo XII restaurada, sencilla, bonita y acogedora.

El día ha dado para mucho más, pero sobre todo, me quedo con la conversación de ayer por la tarde con Pitxu, que ha hecho pensar todo el día en mi propia dignidad y en lo poderoso que soy y que aprendo cada día a ser.

Me doy cuenta de que las personas tenemos unas ganas locas de conectarnos, de sentirnos con el otro, de unirnos con los demás y con nosotros mismos.

Bueno, ángeles de la guarda, ahora mismo me voy al albergue a comerme un pan de nueces, pasas, trigo y centeno que me van a resucitar los huesos y músculos de todo mi cuerpo.

Por cierto, ayer oí vísperas cantadas en gregoriano, por unos monjes benedictinos que llevan la iglesia de Rabanal del Convento (una iglesia románica del siglo X que es una preciosidad). Intersante experiencia leer sus relatos acerca de la cotidianeidad de su vida monástica en estas apartadas tierras. ¿Chispazos de espiritualidad encienden mi alma?

Un abrazo y un beso a todos y todas.

3 comentarios:

VIR dijo...

Bueno, he conseguido saber como hacer el comentario.
Ya sabes que a mí me gusta poco o muy poco escribir, pero no dudes de que sigo tus andanzas.
Mucho ánimo y que lo disfrutes.
Un besazo, Vir

Pitxu dijo...

Aqui llega la torpe del ciberespacio que acaba de descubrir como hacer un comentario.
Da gusto leerte y seguir tus experiencias, emociones, recuerdos,... esa vida interior tan llena que tienes. Garcias por compartirla!!
Un beso enorme y animo que ya queda menos para esa cerveza fresquita y llena de historias.

Pablo Garmendia dijo...

Teo, me haces revivir mi Camino, me corroe la envidia (sana). "Me doy cuenta de que las personas tenemos unas ganas locas de conectarnos, de sentirnos con el otro, de unirnos con los demás y con nosotros mismos"...., ésa es la sensación de unidad que tengo ahora contigo..., con todos. La unidad frente al Tú y el Yo, ¡cómo si estuviéramos separados!. Como si no respirásemos el mismo aire que nos envuelve a todos, como si si las sonrisas o malas miradas del otro no nos cambiasen por dentro..., como si tus líneas no me trasladaran al Bierzo, a O Cebreiro, como si no sintiera que camino contigo y tú caminas conmigo, y todos los que te quieren están ahí, todas sus sonrisas en cada soplo de brisa que te alivia del calor... No creo que haya más espiritualidad que el sentirse unido con todo y con todos. Más allá de las grandes teorías y ritos. Tan sencillo y tan difícil de experimentar..., tienes en tus manos un regalo.

Hace no mucho, me recomendaron ser un "malabarista". Ejercer la individualidad desde el sentimiento de unidad con todos. No desconectar de esa sensación "trascendente" de que todo está naturalmente unido, pero tampoco descuidar el día a día, y la propia dignidad. Ejercer el respeto a todos los niveles, de dentro fuera, hacia los demás, pero en la misma medida hacia adentro, el respeto a uno mismo que se llama dignidad. ¿En el "no" está la diginidad?... Y también en el "sí"..., no hay recetas mágicas, tan sólo entrenar la habilidad del malabarista, sin miedo a equivocarse, ya que toda acción que surja desde el respeto, hacia fuera y también hacia adentro, entiendo que es acertada, independientemente de sus consecuencias, porque surge de la fuente adecuada.

En fin, me he enrollado, y me he vuelto a subir al "pedestal" de maestrillo, qué le voy a hacer, la cabra tira al monte y es más fácil escribir que aplicarlo en el día a día..., si lo dicho te es de alguna utilidad, me alegraré. Si no es así, simplemente ignóralo..., vive el Camino con intensidad, abre los sentidos, que el Camino penetre por tus poros, y prueba a recibir el dolor, el cansancio y el hipotético desánimo con una sonrisa de afecto..., al fin y al cabo son tan tuyos como la alegría y la serenidad.

Un abrazo hasta las costillas, lagun maitea.